miércoles, 7 de octubre de 2009

Recibidos Literatura Abierta

Tres de los que se animaron a la Literatura Abierta. Hay más. No desesperen que ya irán llegando, mientras esperamos a aquellos que todavía no se animan.
Recuerden: palabrarevista@gmail.com

ENERO (POR NO DECIR CON MALABARES)


Enero amaneció más desordenado que de costumbre: caótico en su genética; discontinuo de puro placer. Eróticamente primaveral como huraño en sus mañanas de tardes de otoño. Enero, digámoslo así, olvido ser calendario y escribió novelas por pasar el rato y atrapar los fantasmas.

Mullido y adolescente, no usó corbata ni trajes de baño. Consiguió ser fin de semana en besos sumamente feriados. Crió héroes, comió en imprenta y se cortó las venas en algún baño consumado a la naftalina.
A fin de cuentas, Enero fue año nuevo tantos carnavales que Febrero se contagió de ausencia antes de aprender a pedir permiso.

PAMEO

El vestido, los pegotes.
Mi cejilla y su cintura estampada de furioso escote.
Los silencios, dos rumores;
Nuestras bocas diciendo romances por evitar decir amores.

Brunín.

***

¿Qué le pido a estas palabras?

ni siquiera perciben esta impresión y movimiento
pero ¿qué quiero yo con estas palabras?
pura pretensión, pura macanería, pura manifestación contraria a lo que se sabe
digan manos inertes ¿qué les grita el corazón?
fluyan en vehementes historias misceláneas
pero una en sí misma en insípida búsqueda de algo
marchiten amores jamas correspondidos
busquen salida a viejos problemas
denle amor a los amantes de la ciudad
contemporizan los presagios de existencia
¿quién cree en estas palabras?
no es aquí el secreto original ni la táctica mejor
entonces que hay en estas menganas palabras que piden atención,
observación aquí yace la poesía fenecida
Dañada en dagas retoricas amargas sin fin
lo que las palabras pretenden
es morir diciendo lo que otros no vieron
luego ser quemadas en hogueras de libertad
reciclarse en palomas nuevas viven y
mueren como crisálidas
esas, las palabras

Princesa Dorada

***

Momentos

Soñaba en el roce de tus besos,
aquel momento en tus brazos,
bajo la luna implacable
entre tu mirada y la noche.

Momentos lo tuyos y los míos
soñados en la fragancia de las flores,
bajo el canto de los pájaros,
momentos vivos de la noche.

Instante ya lejano aquel...
cuando tus labios robaron mis besos
bajo la copa de los árboles,
testigos mudos por ti dados.

Momentos de dulzura y encanto
y belleza y serenidad y encuentro...
momentos de locura y pasión
y desenfreno y atrevimiento...

Momentos de la luna y la noche.

Alexander Fernando Müller

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